Yo obviamente a la hora de la partida de Sancho, me tuve que quedar con Don Quijote, lo cual a malas horas pienso que fue una de las peores desiciones de toda mi vida. ¡Fue horrible! Ese viejo cochino andaba desnudo por todo lada...¡Casi me muero!¡Fue terrible! Definitivamente, una de las peores experiencias de mi vida. Solo decía como ohh amada Dulcinea, fermosa dama, y puras babosadas. El señor no comía, no dormía, no nada; solo se recostaba a un arbol y pensaba en la horrible señora esta.
Un día estaba tan molesta y frustrada, que decidí ir a
caminar, a ver el sol, y a despejarme un poco. Lo extraño fue que apenas iba caminando hacia afuera del bosque, entre las ramas vi a Sancho Panza. Me sorprendí y rapidamente me oculte, porque
siempre debo estar oculta. Luego, él paso, y seguí mi camino. Cuando por fin logre
salir, me estiré un poco, y de repente, vi a dos hombres, al los cuales al rato logré reconocer. No eran ni más ni menos que el
cura y el barbero de mi amadísimo pueblo. Ellos estaban hablando con el hombre que anteriormente nos habiamos encontrado, ese que era como un mono combinado con demente y cochino. Al parecer, según lo vi, estába
mucho más calmado que antes, ya no tan traumatizante como antés.
Me fui acercando poco a poco. Y me di cuenta de que les estaba contando la historia que les estaba contando anteriormente a Don Quijote y a Sancho.
Escuchando, casi me pongo a llorar. ¡Fue tan romantico! Oh, mientras el contaba, yo sentia el amor, incluso hasta escalofríos me daban de tanta emoción. Fue el final de una novela triste, pero supe y logre comprender un poco más el porque el estado del hombre, el cual si mal no recuerdo, se llama Cardenio.
Yo, definitivamente no tenía ganas de entrar a ver como estaba Don Quijote, así que decidí quedarme junto a los caballeros, a ver que sucedía.
Al rato después estando con los tres caballeros, divise a una especie de pastor o no sé en realidad. El hombre que lograba ver, hasta donde veía claramente se estaba lavando los pies. De repente, se bajó la capucha. ¡Era una mujer! Rubia, delgada, y muy delicada. Muy fina a mi parecer. Los hombres, excepto el cura, se quedaron boquiabiertos. Oh poco de hombres interesados que solo se fijan en el fisico. Además estoy segura de que si me vieran a mi, tambien se quedarían boquiabiertos por mi belleza. Esa muchacha rubia se veia como pesada, y no se veía agradable despues de todo.
Al rato, ella empezó a contar el porque de su situación. Me dió tantisima colera. ¡Como si a mi me importara saber! Pero no tenía otra opción que quedarme a escuchar a la tal "damita rubia". Fue contando cosas y cosas. No le quise poner atención del todo, porque a pesar de que no me caía bien por creerse tan linda, no me interesaba del todo saber. Solo escuché y logré razonar que ambas, su historia y la de Cardenio estaban relacionadas, con respecto a los personajes. Y que digamos el hombre que le habia quitado la dama a Cardenio, era conocido de ella y no se que cuentos. El punto es que ambas historias estaban relacionadas. Al final conforme a algo que dijo la "damita rubia", Cardenio logro comprender que su amada no lo habia dejado por que ella quería, si no porque fue obligada por sus padres. Esto fue tan romantico, casi me pongo a llorar. Incluso, debo aceptar que una pequeña lagrima salio de mis ojos.
Al rato llegó Sancho. Y en eso, hablaron algo sobre un plan. Yo no sabía de que plan estaban hablando, pero mas o menos, logre comprender de que se trataba de un plan para regresar al hidalgo a su morada.
Cuando Sancho dirigió a los otros al lugar donde estaba don Quijote. Y le comenzaron a decir que la "damita rubia" era la princesa del un tal reino de Micomicón en Etiopia, y que estaba teníendo problemas con gigantes y con personas que le estaban tratando de quitar sus tierras.
Al rato, Don Quijote accedió a ayudar a la "damita rubia". En ese momento, supe inmediatamente, que me estaba encaminando en una nueva y probablemente agotadora aventura.
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