Siguieron las bromas de los duques y esta vez la broma fue un poco más seria. La nueva broma consistía en hacer creer a Sancho y a Don Quijote que Sancho gobernaría una ínsula. Me pongo melancólica al pensar en la pureza de la inocencia o muy probablemente locura de ellos. Don Quijote de cierto modo muy ilusionado aconsejaba a Sancho , diciendo le todo lo que debía y no debía hacer ahora que era un gobernador. Le decía a Sancho que debía evitar a toda costa los refranes y que debía evitar eructar a pesar de que tuviera ganas. Consejos como estos le daba Don Quijote a Sancho, lo cual me pareció demasiado tierno, porque si de algo podía estar segura es que las intenciones de Don Quijote de ayudar a Sancho provenían del corazón.
Al ver a Sancho partir, tuve una extraña sensación en mi corazón. Me sentí triste, enojada, preocupada y en cierto modo feliz. Me sentía enojada triste porque el ver a Sancho partir me dolía, me sentía enojada porque pensar que todo esto era una broma de muy mal gusto me ponía furibunda, me sentía preocupada ya que no quería que Sancho se diera cuenta de la realidad de una mala forma y que se lastimaran sus sentimientos, y por ultimo, en cierto modo me sentí feliz porque a pesar que todo era una broma el sueño de Sancho de ser gobernador por fin se estaba haciendo realidad.
Pasaron unos cuantos días de la partida de Sancho cuando por fin me llegaron noticias del nuevo gobierno de Sancho. Lo que logre escuchar es que Sancho ya había sido puesto a prueba y que se le fue puesto a resolver problemas de los pueblerinos. Me contaron que los problemas los solucionó de una forma sabia lo cual realmente me asombro, ya que es imposible negar la realidad, Sancho siendo sincera no es un hombre de gran intelecto. Por otra parte, yo estando cerca de Don Quijote, lo vi muy triste y deprimido. Era obvio que algo así iba a suceder ya que su compañero desde hace tanto tiempo se había marchado.
Algo extraño pasaba con Don Quijote ya que pidió que no quería que nadie le ayudara y que el quería hacerse todo solo y que quería estar tranquilo y solo en su cuarto.
Al día siguiente, en la mañana supe que algo había sucedido en la noche anterior entre don Quijote y una doncella llamada Altisidora, ya que apenas entro Don Quijote y se miraron ella de una forma muy poco disimulada se "desmayó". Sin embargo en la noche sucedió algo sumamente gracioso, ya que Don Quijote se puso a cantarle a la "enamorada" y le dijo que a pesar de que ella sintiera algo por él, su corazón tenía dueño y que nadie iba a quitarle su posición. Esto no logre evitar que me causara mucha gracia. Y en eso sucedió algo mucho más gracioso, en serio me hizo la noche. Un montón de gatos se metieron en la habitación de Don Quijote. Don Quijote estoy segura de que pensó que fue la labor de algún encantador o algo así, pero Don Quijote se puso a batallar con los gatos y gritaba y simplemente fue inevitable que no me diera risa.
Si hay algo que debo aceptar debe ser que tanto Don Quijote como Sancho han cambiado mi vida, me han hecho una persona más feliz.
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