viernes, 16 de septiembre de 2011

Capítulos 57, 58 , 59 y 60

Al salir por fin de ese lugar del terror, pienso que las cosas volverán a ser como antes, donde Don Quijote se enfrentaba a lo que fuera, a lo que la vida le pusiera en frente. Nuestras aventuras comenzaron con una hermosa charla entre don Quijote y Sancho. Ambos se sentían tan emocionados contando lo vivido durante el tiempo que estuvieron separados, que me alegraba verlos nuevamente reunidos.
La primera aventura despues de esta gran desventura en la casa de los duques, fue en realidad muy singracia. Don Quijote llegó de metidote a hablarle a unos labradores sobre caballeros. No fue nada sobresaliente, y en realidad me aburri un poco debido a que ya habia escuchado las mismas historias caballerescas unas mil veces.
Después de la "aventura" seguimos caminando, y ahora debo confesar que si me rei mucho. Los hombres empezaron a hablar de amor, y don Quijote empezó a contarle a Sancho lo que había sucedido con Altisidora. Solte una risa al ver que alguien tan horrendo como don Quijote se sentía como un verdero casanova por haber atraido la atención de Altisidora. Yo pienso que Altisidora estaba ciega y al escuchar la romántica voz de Don Quijote se enamoró, estoy segura de que si fuera vidente, la historia sería MUY diferente, no se hubiera enamorado del viejo "caballero". Sancho pensaba igual que yo, solo que el fue lo suficientemente honesto y se lo dijo en la cara a Don Quijote. Sin embargo, Don Quijote dijo que probablemente ella se habia enamorado de el porque simplemente no espantaba, lo cual era relativamente cierto, y porque además era un hombre de buena moral, lo cual era cierto, porque a pesar de ser un hombre cuya cabeza no funcionaba muy bien, era un hombre honesto y con un corazon bueno con intenciones de ayudar a los demás.
Después de esta peculiar charla, los hombres decidieron hacer un alto a nuestra caminata. Sancho esta muy hambriento, por lo que se puso a comer. Sin embargo en don Quijote surgió la loca idea de que ya no quería comer más porque queria prestarle mayor atencion a sus pensamientos. Además, le dijo a Sancho que se diera unos cuantos azotes para lograr desencantar a Dulcinea. Sancho obviamente se negó. Al rato seguimos con nuestro camino.
En eso, me arruinaron por completo el dia. Llegamos a una tienda, donde estaban hablando de la publicación de la Segunda Parte del libro de Don Quijote. No podía creerlo, quien era esa otra persona que conocia todas las aventuras de don Quijote, ¿quien era? Sin embargo me pusieron nuevamente contenta al ver que cuando Don Quijote se puso a leer el libro, la historia era pésima, muy lejana a lo que realmente estaba ocurriendo. Don Quijote anunció ante todos los presentes que él era el verdadero Don Quijote de La Mancha, y que el libro era un total fiasgo, una falsedad de pies a cabeza.
Después de estar en esta tienda, continuamos nuestro agotador camino hacia Zaragoza. Un día ocurrió algo que me atemorizó un poco y fue que Don Quijote estuvo a punto de azotar a Don Quijote por la desencantamiento de Dulcinea. Al final nada sucedió, pero fue un momento realmente feo, la mirada de Don Quijote infundía temor, lo cual no era muy común.
Despues de este acontecimiento proseguimos nuestro camino. En eso casi se me sale un gritote, porque aparecieron unos bandalos colgados en unos arboles, muertos debido a todas las fechorias realizadas. Despues de esto, ocurrió algo peor, Don Quijote y Sancho se vieron rodeados de un grupo horrible de bandoleros. Sin embargo nada les ocurrió ya que el lider se puso feliz al ver que Don Quijote estaba frente a él. El lider de los bandoleros se llama Roque Guinart. Nos contaron la historia de hijo de Roque, quien por celos de su esposa, fue asecinado. Su asecinato al parecer fue en vano, porque el hijo de Roque llamado Vicente, no cometio ninguna infidelidad. Don Roque parecía amable, sin embargo ni el ni su clan eran hombres buenos, ya que han cometido muchas fechorías, matado a muchos y robado a otros más. Sin embargo a nosotros no nos hicieron nada. Después de haber estado un largo rato junto a ellos, proseguimos de inmediato nuestro camino a la ciudad de Zaragoza.

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