
Capítulo 12 y 13
Hoy el día amaneció realmente bello, descanse bastante, y de hecho hasta me sentí renovada. Poco tiempo después, llegó un hombre con el informe de que un pastor estudiante llamado Grisostómo, había muerto de amor. Había muerto por el amor de una pastora conocida como Marcela, la cual con su belleza enloquesía a todo hombre. Los hombres, incluyendo a Don Quijote, se pusieron a charlar, pero ni pizca logre entender. Era imposible llegar a escucharlos, hablaban como si estuvieran contando un secreto.
Me acerque un poco más, para ver si algo lograba escuchar. Luego, Don Quijote le pregunto a un cabrero la historia. El cabrero le comenzó a contar la historia, muy detalladamente, ya que charlaron por un largo rato. Logre escuchar, que esta dama, a pesar de ser muy bella, nunca se juntaba con ninguno, y a nadie le hacía caso. El hidalgo corregía a cada rato al cabrero, lo cual me provocaba algo de risa, debido a que yo en mi cabeza pensaba, como alguien que se encuentra en deprimentes condiciones mentales se pone a corregir a otro que posiblemente más cuerdo que el esta. Escuchaba yo con respecto a una de las cosas anteriores, que el su tío trataba de buscarle pareja, pero a todos los rechazaba. Hablaron y hablaron, y don quijote cada vez se veía más emocionado. Ya estaba cansada de tanto ver y escuchar tanto tiempo a dos hombres hablar; ya hasta las piernas entumecidas de tanto estar de pie.
En eso llega por fin Sancho, mi salvador, ya también cansado de tanto ver hablar a Don Quijote con el cabrero, le indica que ya es la hora de dormir. Creo que nunca había estado tan feliz de que alguien se fuera a dormir como este día. Mi momento de reposo llegó, y espero aprovecharlo muy bien.
Al día siguiente, amaneció muy bonito y todo iba muy normal. Me enteré que hoy iban a hacer el funeral del fallecido Grisostómo. Llegó la hora del funeral, y como es de costumbre todos van detrás del fallecido en el camino del entierro. Yo siendo una persona inteligente, me puse un disfraz, para así poder acercarme a don quijote y ver y escuchar todo lo que dijera sin saber que yo lo estaba siguiendo.
En el transcurso de la caminata, los cabreros le preguntaron a nuestro hidalgo, cuál era la razón de que el siempre anduviera armado. Desde que ellos formularon esta pregunta, ya yo tenía mas o menos imaginada la respuesta de don quijote, una babosada, una tontería. Don Quijote les empezó a contar a los señores, de que el era un caballero andante y que además era el más joven de todos ellos. En este punto la cara de los cabreros fue muy graciosa. Se les veía la cara de impacto y de "creo que este hombre esta completamente loco".
Don Quijote siguió mencionando cada vez más y más cosas de caballería. Hablaba de los otros caballeros andantes. Pero, con cada cosa que el decía, los cabreros pensaban cada vez con mayor seguridad de que Don Quijote estaba demente. También dijo algo sobre que no quería que le pasara lo mismo que le paso a Grisostómo, con su tal enamorada "Dulcinea". Y así siguió diciendo babosadas.
Luego cuando llegamos al lugar del entierro, donde estaba la tumba del difunto Grisostómo. Esta estaba llena de papeles. Aquí un hombre, amigo del difunto, agarra uno de los papeles y empieza a leer una de las ultimas palabras de Grisostómo.
Aún mi día no se termina, pero quiero descansar un momento mi mano que me duele ya de tanto escribir.
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