sábado, 1 de mayo de 2010

Problemas de amor


Capítulo 16
Entramos a la venta, aquella a la cual don Quijote no se cansaba de decir que era un castillo. Como ya era de noche, y me encotraba muy cansada, me disfrace con mi manta negra, y fui a solicitar un cuarto para pasar la noche. Me dieron un cuarto no extremadamente lujoso, pero era lo suficientemente decente para pasar la noche.

No me quite el disfraz, para ir a observar las habitaciones que les dieron a Don Quijote y a Sancho. Cuando vi el de Don Quijote me quede realmente asombrada. Su cuarto estaba todo sucio y polvoriento; con una cama toda rota y sucia. Después me acerque un poco para ver si lograba ver el cuarto de Panza. Este estaba aún peor, lo unico que le faltaba era que estuviera lleno de ratas, lo cual por su estado, en realidad no lo dudaba.

Como no había nada raro, decidi dejar de observarlos e irme a mi habitación. Me puse a pensar un rato. Pensé en lo grandioso que va a ser, cuando ya por fin el viejo de don quijote muera, su historia alla concluido, y que por fin pueda publicar su historia. Me imagino en la primera plana del periódico "Diario Nuestra Mancha", me imaginé a todos leyendo y preguntandose, ¿Quién lo escribió?, y luego alguien contestando, "Fue la periodísta Marta Enríquez, la mujer valerosa que fue persiguiendo a este demente, para luego darnos el privilegio de leer esto y reirnos un rato".

De pronto solo escucho un grito de don Quijote. Salí corriendo para ver que era lo que pasaba. De pronto también escucho un grito de Sancho, entonces, más rapido me puse mi disfraz y salí a ver que era lo que sucedía.

Cuando salí, solo vi golpes y patadas. Parecía una pelea callejera. De pronto vi a una mujer llorando e implorando que se detenieran. Me acerque a ella y le pregunte que era lo que sucedía. Ella me dijo que Don Quijote la empezó a elogíar, y que su amante lo había oído; y se puso tan molesto que le empezó a pegar. Después me dijo que le fue a avisar a Sancho, y luego el ventero junto con su amante, el cual creo que era el arriero, le comezaron a pegar a Sancho.

Me encontraba yo viendo ese semejante espectaculo, un verdadero safarrancho. De pronto me acerque un poco más para ver a Don Quijote, el cual se encontraba en un terrible estado. Los otross, tanto el ventero como el arriero se dieron cuenta al ver que el hidalgo sagraba. Justo en ese momento se detuvo la pelea.

Yo estaba aterrada, me daba miedo que de pronto alguno de ellos llegara y me lastimara. A sí que me fui y me oculté en mi cuarto, y esperé hasta el amanecer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario