domingo, 26 de septiembre de 2010

Capítulos 1, 2, 3, 4 y 5

Esta vez, Don Quijote se quedó mucho tiempo en su casa. Yo pasaba al frente y cortesmente le preguntaba al ama como cualquier otro ciudadano desinteresado, el estado del hidalgo. Ella me decía que cada día iba recobrando el juicio y pues que estaba bien. Yo en mis adentros, me ponia un poco sentimental, ya que pensaba que si Don Quijote se recuperaba, este podría ser el final de la maravillosa historia para mi querido diario Nuestra Mancha. Pensaba tambien que le había adquirido cariño a Sancho y a Don Quijote, y que sería triste nunca más volverlos a ver.
Un día como cualquier otro, pase a preguntarle al ama sobre el estado de Don Quijote. Ella me contó que había recibido la visita del barbero y del cura. Y también me dijo que la vista no había sido satisfactoria, debido a que habían llegado a la conclusión, después de haber charlado un gran rato con él, de que seguía estando igual de demente que antes. También me dijo el ama de que el barbero y Don Quijote se habían puesto a discutir sobre la existencia de los caballeros andantes. Me dijo que ella escuchaba que Don Quijote afirmaba haber conocido a un tal Amadis y a otros caballeros, y que eso la ponía triste, ya que su amo estaba loco, y no habia nada que ella pudiera hacer al respecto.
En eso, me di cuenta de Sancho se estaba acercando a la casa de Don Quijote. El ama también lo vío, y me dijo que debía retirarse un momento a hablar con la sobrina, el barbero y con el cura. Yo le dije que estaba bien, actué como si me fuera a ir, pero en realidad me fui a esconder en un lugar cerca para poder escuchar la conversación. Ellos hablaban de que Sancho era el que tenía la culpa de que Don Quijote estuviera asi, y que no querían permitirle la visita de él a Don Quijote.
Sancho ya estaba esperando en la puerta, y en eso se escucho un grito de Don Quijote ordenando a que permitieran de que Sancho entrara a visitarlo.
Sancho se fue al cuarto a hablar con Don Quijote, y yo pues obviamente quería saber de que iban a hablar, a si que me fui a ocultar detras de una ventana en el cuarto de Don Quijote. Era muy dificil escuchar, pero lo que entendía era que el pueblo hablaba mal de ambos y que le decian el don Quijote y a él tonto. Don Quijote se defendía ante las ofenzas del pueblo, diciendo de que todo era una mentira y de que todas esas criticas eran causadas por las envidias del pueblo.
En eso, escuche; alguien llamado Bartolomé Carrasco había escrito sobre las aventuras de Don Quijote. Eso me derrumbó. El saber que alguién más ya había publicado la historia de este caballero me mató. Me puse a pensar, que mi historia, ya no sería la más insolita del planeta. Mi sueño de ser la mejor periodista del planta tierra, se derrumbó dentro de mi.
Me quede pensativa, con unas ganas de llorar terribles . Pensaba que mi sueño jamás se cumpliría. Esta triste, eso no lo puedo negar.
Pero, había algo ahí dentro de mi ser, que me incitaba a saber más de la historía de Don Quijote.
En eso, me di cuenta de que el tal roba trabajos Sansón Carrasco, había llegado. Me fije para ver que estaba sucediendo, y cuando lo hice me di cuenta de que Sansón esta arrodillado ante Don Quijote, agradeciendole por sus aventuras y no se que cuantas cosas más. En eso estos dos, se pusieron a comentar sobre el libro y sobre todas sus aventuras. Al escuchar esto, lo unico que se lograba era ponerme más triste que nunca, ya que se suponía que yo era la que expondría la historia del hidalgo. Pero como mi mama decía, al mal tiempo, buena cara, asi que me quede escuchando y viendo que era lo ue sucedía.
Mientras estos hablaban, se escucho el relinchido de un caballo, el cual supuce que era Rocinante. Ellos se fueron a ver a Rocinante, pero rapidamente regresaron. En eso escuche de que Don Quijote empezó a planear una nueva salida, así que me emocioné. A pesar de las circunstancias, yo planeaba seguir persiguiendo a Don Quijote. No iba a abandonar mi sueño. Sancho se fue para su casa. Yo estaba a punto de irme a la mía hasta que escuche que Don Quijote le pidió al "roba sueños" que le escribiera unos cuantos poemas para su amada Dulcinea. Estuve a punto de ponerme triste pero no, me fui tranquilamente a mi casa tratando de pensar en algo diferente.
Cuando llegue a mi casa, empeze a empacar y a escribir mi diario. Después decidí recostarme un rato, me puse a pensar sobre que sería de la familia de Sancho al saber que nuevamente se iría. Me puse a pensar lo triste que sería ver que mi padre o esposo irse persiguiendo un sueño tan absurdo como el de ser gobernador de una insula por medio de un anciano que se cree caballero andante. De tanto pensar, rapidamente me quede dormida.

1 comentario:

  1. Mucho sentimiento, que puede ser de tristeza, pero también de optimismo por una persona que se decide a vivir momentos de gloria, aunque solo sean imaginarios!!!

    ResponderEliminar